miércoles, 14 de diciembre de 2011

No me ciega la pasión.( Sobre la enmienda a las restricciones impuestas al régimen cubano.)

Yo emigré a Estados Unidos en 1999, no me montaron obligado en un avión, lo hice por mi propia voluntad luego de tener la suerte de ganar la lotería de visas (el bombo) Las razones de mi salida de Cuba las tenía y las tengo muy claras, soy un exiliado político, no económico, me fui de mi país por la falta total de libertad.
No es un acto de heroísmo abandonar Cuba, no es precisamente algo de lo que me sienta orgulloso, pero sí me siento agradecido. Agradecido con este país, que nos ha acogido bajo la condición de refugiados, a pesar de que la actitud de muchos cubanos desmiente dicha condición.
En Cuba quedó toda mi familia, mi madre, padre, hermanos, llegué a este país sin tener aquí siquiera un primo lejano. A quién puedo hacer responsable de esa separación ? A mí, por tomar la decisión de abandonar mi país y a la dictadura que provocó mi decisión, a nadie más.
He viajado a Cuba, me he sometido a ese humillante proceso en el que la dictadura cubana te estafa y te secuestra nuevamente tu libertad por el tiempo que permanezcas dentro de sus “dominios” Lo he hecho únicamente por amor a mi familia y a mi madre, he tratado siempre de sacarle partido a ese proceso humillante para llevar mensajes de libertad y verdad a los míos, cosa que lamentablemente no hacen todos.
También, como es lógico, envío dinero a mi familia, e incluso he enviado ayuda a algunos opositores, pero siempre respetando las leyes de este país.
Según mi apreciación tales leyes no están dirigidas contra mi, ni contra mi familia.
Están dirigidas contra la dictadura, contra las agencias que trabajan para el gobierno cubano.
Esas leyes no afectan al cubano que visita a su familia y envía $100 mensuales, están dirigidas contra los que viajan todos los meses y hasta todas las semanas como negocio, evidentemente con la aprobación tácita de la dictadura. Están dirigidas contra los que viajan a Cuba a hacer turismo sexual. Están dirigidas contra los que pretenden, desde aquí, abrir negocios en una Cuba dictatorial.
No me ciega la pasión, no veo nada injusto en dichas leyes.


1 comentario:

  1. bien dicho hermano, me he ido en el 99 también y como todos, cuando ya nos libramos del lavado de cerebro es q vemos las cosas tal cual como son ....

    ResponderEliminar