viernes, 13 de enero de 2012

LA DICTADURA CASTRISTA NO PODRÁ MATAR LAS ESPERANZAS DEL PUEBLO CUBANO

En esa noche especial caminaban agrupadas y aprisa más de dos docenas de persona.
Algunos jóvenes y unos pocos ancianos. Pero si muchos niños que eran requeridos por
los adultos por sus alegrías infantiles que despertaban las miradas inquisitivas de los
transeúntes y vecinos durante su deambular de esperanza.
Eran las 11: 50 pm del último día del año viejo, y para que se cumplieran sus deseos de
viajar al exterior debían regresar antes de finalizar el año. Entre las alegrías, los sueños
pendientes, las preocupaciones de ser vistos y las perspectivas de encontrar un futuro
mejor, todos iban asidos a la pesada maleta o a su compañero de viaje durante el
recorrido por las callejuelas de la manzana de su entorno. Concluyeron este paseo
nocturno lleno de ilusiones con la esperanza de que en un futuro mediato, pudieran tener
la suerte de escapar de la Isla del Infierno como ellos le llaman a la Cuba comunista.
Este apelativo dantesco no es una exageración cuando consideramos las condiciones
paupérrimas en que viven estos jóvenes en nuestra infortunada isla. Porque los Castro, en
su apetito desmedido por aferrarse al poder, han implantado el terror de estado, cercenado
las libertades del pueblo cubano e instaurado una dictadura totalitaria tipo
bolchevique.Estos bolcheviques caribeños han tenido la malévola habilidad de imponer el
miedo y esculpir en la mente de cada cubano la dura, oscura y fatídica frase de Dante:
“Abandonad toda esperanza”. El gobierno castrista, a través de su policía política,
Departamento de la Seguridad del Estado, ha utilizados todos los métodos científicos
para la implementación de su política de terror; con inclusión de la rumorología y sus
sacerdotes hechiceros que han prejuiciados a la gente.
Frases como “Una sola golondrina no compone verano”; o “Un solo palo no hace
monte”; o “Esto no hay quien lo arregle pero tampoco quien lo tumbe” son de uso diario
por la vox populi para evadir las responsabilidades cívicas en la sociedad y poner fin a la
dictadura.
Estas frases no solo matan las esperanzas sino que son promovidas para aniquilar la parte
humana y divina de cada cubano y anquilosarlos bajo el sistema castro-comunista.
Además, toda falta de esperanza atenta contra la Supra-conciencia, con la que han sido
dotados únicamente los seres humanos. La esperanza es una de las tres virtudes
teologales cristianas junto a la fe y el amor.
El Dios Bíblico es un Dios de amor que llena de esperanza a quien lo sigue. Este Dios
reprocha la esclavitud, la servidumbre, las dictaduras porque él es libertad magnánima e
hizo al hombre y la mujer a su semejanza. Por esto en el libro de Isaías, capítulo 10,
versículo 1. Él dice: “¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía…!”
El pueblo cubano debe rechazar estas indignas frases y cuando se las digan, entonces
refutarlas con estas respuestas:
—Cuando los marinos antiguos hacían un largo viaje a través del mar, pensaban que
estaban perdido; pero si observaban una golondrina en el cielo, reían de alegría y se
llenaban de esperanza porque sabían que la tierra estaba cerca.
Si su barco naufraga en alta mar y usted está a la deriva, y encuentra un palo, agárrese de
él que salvará su vida.
—Es verdad que esto no hay quien lo arregle, ni Raúl Castro con su falsas promesas. El
comunismo hace mucho tiempo que murió en la Unión Soviética y sus satélites europeos.
También en Cuba hace mucho que feneció. A tal punto, que ya ni los hermanos Castro
hablan de salvar el comunismo. Este yace al lado de su tumba. Lo necesario y perentorio
es tomar las palas de la dignidad y darle sepultura a ese cadáver putrefacto.
Esto solo será posible cuando una multitud de cubanos honrados planifiquen, organicen y
ejecuten el desafío político masivo no violento. Y, al mismo tiempo, sus líderes enseñen,
vigilen, cuiden y guíen a sus activistas no violentos para desencadenar la batalla decisiva
que ponga fin de una vez por todas a la ya tambaleante dictadura. Ahora no me digas que
se justificarán planteando que no existen personas con ideas de liberar, conquistar los
derechos humanos e instituir la democracia en Cuba.
Para su conocimiento busque aquellos patriotas que promueven el proyecto “Principios
para una Nueva Nación” que tienen los objetivos descrito anteriormente que aseguran la
desintegración de la dictadura a través de la lucha cívica no violenta.
Todos los seres humanos poseemos el libre albedrío. Esta fuerza natural, en asociación
con la esperanza, puede hacer cambiar definitivamente nuestras vidas y construir un
mejor país. Recordemos cuando el pueblo de Israel fue perseguido en forma despiadada
por el Imperio egipcio a través del desierto para destruirlo. El Dios Bíblico los protegió y
les dio la victoria. Ese Dios bíblico también nos ama y está listo a acudir en ayuda del
pueblo cubano.
Hubo un momento crítico y de desconfianza de Israel: cuando el Faraón y su ejército
tenían asediado a los israelitas con la espalda hacia el mar. Los hebreo dudaron de las
promesa de Dios, se lamentaron y protestaron, mandaron a su guía Moisés a orar al Señor
por su salvación. Entonces Dios le dijo: ¿Por qué clamas a mí? Marchen adelante.
Lo increíblemente cierto es que el mar estaba frente al pueblo, y estos no entendían las
palabras referidas por Moisés, de marchar adelante. Hubo temor ante tal decisión pero
también confianza y esperanza en Dios. Cuando comenzaron a moverse, entonces el mar
se abrió, dejando un camino seco como vía de salvación.
Este pasaje histórico del pueblo judío debe servirnos de inspiración y colmarnos de
esperanzas a todos los cubanos. Porque aún en los momentos más críticos y oscuros
debemos mantener la fe y la esperanza en la victoria definitiva al amparo de un Dios que
nos ama. Ese es el camino para mantener la lucha por conquistar la anhelada libertad de
nuestra patria. Porque, no tengamos la menor duda de que el Dios de los Ejércitos es
nuestro líder en esta batalla que ya se acerca a su momento culminante. Por eso, les deseo
a todos mis compatriotas un 2012 lleno de salud, felicidad y prosperidad.
por Dr. oscar Elias Biscet Gonzalez
10 de Enero del 2012