Amigos, quiero compartír con ustedes el poema Naufrágio, tomado del libro póstumo Antología poética de Ricardo Martínez. Tambien comparto el prólogo del libro, escrito por la amiga Miriam De La Vega.
Pueden encontrar a la derecha del Blog, el enlace donde adquirir el libro, el cual se encuentra a la venta en Lulu.com.
PROLOGO
Hace algunos años mi padre me entregó una selección de sus poemas con la encomienda de publicarlos y después de muchas pesquisas, encontré esta editorial que me ha permitido cumplir su deseo.
Mi padre fue un ser humano excepcional, un idealista, un romántico. Era un hombre dotado de una extraordinaria inteligencia, una sensibilidad a flor de piel y una inagotable capacidad de soñar; constante hacedor de planes futuros, involucrado siempre en nuevos proyectos. Incursionó en varias ramas del arte y la comunicación, fue locutor, periodista, pintor, escritor, poeta y derramaba su alma en cada obra. Fue además un eterno enamorado de la vida. Su esposa y todos sus hijos lo amamos y lo admiramos profundamente y para mí en particular fue siempre un ejemplo por su manera tan positiva de asumir la vida.
Han pasado cuatro años desde su partida y su ausencia sigue doliendo, siempre dolerá, pero hoy puedo verlo desde otra perspectiva, ahora me siento más inclinada a celebrar su vida, su talento, su ingenio, su obra y a decirle al mundo que él fue mi inspiración en muchos aspectos de la vida, que le agradezco haber sembrado en mí la pasión por las letras y haber encendido la llamita de la creación literaria. Sé que me dejó algunas de sus musas, las escucho a menudo rondándome mientras escribo. En otras ocasiones siento como si su propia mano guiara la mía y mi corazón palpita emocionado por su presencia. Ahora sé que está muy cerca, presenciando mi vida y animándome a seguir adelante.
Hubiera querido compartir con él este momento, pero lamentablemente se nos fue antes de tiempo y no alcanzó a celebrarlo con nosotros. De cualquier manera, sé que donde quiera que esté se sentirá muy feliz al saber que finalmente su libro ha visto la luz y yo me siento satisfecha por haber realizado su sueño.
Querido padre, nunca te dije que eras mi héroe, sólo espero que tú lo hayas adivinado.
Tu hija Miriam
NAUFRAGIO
Yo voy por esa ruta
sin que nadie lo sepa,
de las olas oyendo
su perenne cantar,
escuchando el lamento
de los viejos maderos
de este barco que busca
las entrañas del mar.
No lleva tripulantes,
ni capitán siquiera,
y su ruta es la misma
que le suele indicar
entre su gran velamen
el caprichoso viento
que adonde le parece
lo empuja sin cesar.
Yo voy por esa ruta
sin que nadie lo sepa,
no busco una aventura
ni un horizonte más;
sólo voy con el ansia
de perderme bien lejos
en la inmensa distancia
sin regresar jamás,
y en esas latitudes
solitarias y locas
podré dormir por siempre
sin recordarte más.
Ricardo Martínez Victores